Una vigorizante tarde de noviembre, un juego informal de basquetbol y softbol están en marcha en Hawthorne Community Park en Cicero. Cerca, una niña joven juega en un jardí­n, persiguiendo a un Border Collie con un rastrillo de plástico. Los sonidos de risa y deportes son subrayados por un ruido sordo constante, marcado por pitos fuertes y jadeos mecánicos. Estos son los sonidos de Cicero Intermodal Facility al otro lado de la calle, donde grúas gigantescas mueven contenedores de carga de entre trenes y camiones las 24 horas al dí­a, los 365 dí­as al año. Es uno de los puntos más grandes de transferencia de carga en el centro de ferrocarriles más grandes del paí­s–”una tercera parte de toda la carga ferrocarrilera de EE.UU. pasa por Chicago y más carga ferrocarrilera pasa por Illinois que en cualquier otro estado.

Al suroeste de Hawthorne Park, uno puede ver las chimeneas gemelas de la central térmica de carbón Crawford Generating Station. La central ha sido el enfoque de atención local y nacional con respecto al riesgo a la salud que representan las emisiones de material particulado, óxido de nitrógeno y otros contaminantes. Pero pocas personas se dan cuenta que el patio de ferrocarril de Cicero puede ser un riesgo igual al de la central de carbón para la población mayormente latina y de bajos ingresos.

Los gases de combustión de diesel de locomotoras, camiones y otro equipo del patio de ferrocarril son probables a ser carcinógenos y contienen componentes similares a los de las emisiones de centrales térmicas de carbón: material particulado, óxido de nitrógeno que forma este material, monóxido de carbono, dióxido sulfúrico y otros compuestos tóxicos. El gas de combustión de diesel puede ser una preocupación en particular porque se emite cerca de la tierra y contiene más de las partí­culas ultrafinas que pueden penetrar profundamente a los pulmones y al torrente sanguí­neo.

De acuerdo con un análisis de Chicago Reporter, residentes de entre una media milla de los patios de ferrocarriles de Cicero y Chicago pueden sufrir un riesgo de cáncer más de 10 veces más alto que el promedio de la gente a cuatro millas de distancia.

Se espera, también, que los residentes cerca de los patios de ferrocarriles sufrirán ataques de asma y otras enfermedades respiratorias y cardiacas–”y muerte prematura–”en un í­ndice mayor. L. Bruce Hill, un cientí­fico superior para el grupo de apoyo nacional Clean Air Task Force, dijo que la enfermedad cardiaca es una preocupación más grande que el cáncer, porque las partí­culas de los gases de combustión pueden entrar al torrente sanguí­neo y causar inflamación. “No hay un lí­mite seguro para las partí­culas,” dijo él. “Tal partí­cula es el contaminante más común en el aire y los trenes, autobuses y camiones de diesel realmente lo despiden donde uno respira.”

Más de 37,000 vagones de ferrocarril se mueven por el área de Chicago cada dí­a, cargando una gran variedad de productos incluyendo carbón, grava, cemento, automóviles, petróleo, gasolina, madera, fertilizador, papel, asfalto, metales, minerales y contenedores de transporte llenos con todo tipo de bienes de consumo. De acuerdo con la iniciativa CREATE, una asociación entre la ciudad y los gobiernos estatales, Amtrak, Metra y compañí­as de ferrocarriles de carga, la demanda de trasporte por tren en Chicago se espera doblar durante los siguientes 20 años.

Los residentes cercanos sienten los efectos de este tráfico ferrocarrilero. El análisis Reporter muestra que alrededor de 57,000 personas–la mayorí­a de ellos grupos minoritarios–viven entre una media milla de los 15 patios de ferrocarriles “intermodales” de Chicago, donde contenedores de transporte son transferidos entre trenes y camiones o barcos.

John Paul Jones, presidente de Sustainable Englewood Initiatives, dijo que los residentes de Englewood–un vecindario afro-americano de bajos ingresos en el lado sur de Chicago–han estado preocupados por su salud desde que CSX Corporation abrió un nuevo patio de ferrocarril hace una década en el sitio de los viejos rieles de tren alrededor de las calles 59 y Damen. Los residentes están preocupados por ambos, el gas de combustión de diesel de los trenes parados y el polvo de carbón despedido por los trenes descubiertos. “El hollí­n entra a sus hogares. La gente tiene miembros de sus familias quienes han muerto de cáncer,” dijo Jones.

Hubo oposición cuando CSX develó sus planes por la nueva instalación. Al final, un acuerdo de beneficios comunitarios fue preparado, estipulando que CSX pagará alrededor de $300,000 a la ciudad cada año, la cual ésta repartirá los fondos a los residentes para reparaciones del hogar u otros proyectos. Jones dijo que los grupos comunitarios, en vez de los oficiales de la ciudad, deberí­an controlar los fondos y que deberí­an ser gastados en proteger a la gente de la contaminación del aire.

Brian Urbaszewski, el director de programas de salud ambiental para Respiratory Health Association of Metropolitan Chicago, dijo que CSX y otras compañí­as de ferrocarriles podrí­an hacer más para reducir las emisiones, notando que los autobuses en Chicago cambiaron a un combustible más limpio varios años antes de que las reglas de la Agencia de Protección Medioambiental de EE.UU. les forzaran a hacerlo.

Oficiales de CSX dijeron que en el patio de Englewood y en general, han tomado grandes pasos para reducir sus emisiones y que están trayendo mejoras estructurales y de arquitectura paisajista a un pedazo de terreno decrépito y vacante y empleando a 50 residentes locales.

Carl Gerhardstein, el director de sistemas medioambientales de CSX, dijo que la compañí­a también está en el proceso de instalar controles de contaminación en todas sus locomotoras y comprando locomotoras más nuevas y limpias. “Estamos realmente comprometidos a reducir nuestro impacto,” dijo él. “Hemos hecho muchas mejoras para reducir las emisiones en nuestra flota y continuamos haciendo más.”

Steven Forsberg, portavoz para Burlington Northern Santa Fe Railway, repitió el punto de Gerhardstein. “La industria ferrocarrilera ya invierte un porcentaje más grande–tí­picamente del 17 a 20 por ciento, comparado con el 12 por ciento o menos para otras industrias–de nuestro ingreso en inversiones capitales para nuevo equipo, tecnologí­a, infraestructura e instalaciones que cualquier otra industria en la economí­a,” dijo él. “Hemos llegado hasta invertir en tecnologí­as prometedoras experimentales, como la locomotora de pila de combustible de hidrógeno que recientemente hemos estado usando en pruebas de terreno en Los Angeles.”

En California, patios de ferrocarriles han sido el blanco de las autoridades del gobierno y grupos medioambientales por ser fuentes mayores de contaminación debilitante del aire. En estudios recientes, California Air Resources Board cuantificó las emisiones de material particulado fino en siete patios intermodales y estimaron el relacionado riesgo aumentado de cáncer.

En 2005, los patios estudiados tení­an entre 200,000 y 1.3 millones de “levantadas”–la medida de cuantas veces un contenedor de carga es movido. La junta encontró que los residentes de entre una media milla de los patios de ferrocarriles enfrentarán un riesgo de cáncer de 50 a 250 por cada millón de personas, con los patios más grandes creando los riesgos más altos. Con cuatro millas de distancia, las casualidades cayeron a menos de 10 por cada millón para la mayorí­a de los patios, lo cual significa que los residentes de entre media milla de estos patios ferrocarriles tení­an riesgos de cáncer cinco a 25 veces más altos que los que estaban a cuatro millas de distancia.

De acuerdo con un reporte reciente por la Agencia Metropolitana de Planeamiento de Chicago, el área de Chicago tení­a 15 instalaciones intermodales que tuvieron más de 200,000 levantadas en 2006, el último año de datos que están disponibles. El análisis Reporter muestra que cada uno de los 15 patios registró un promedio de casi 35,000 levantadas ése año–superado por más de 900,000 levantadas en la instalación CSX en Bedford Park. El patio de Cicero registró 533,000 levantadas, mientras el de Englewood tuvo 217,000.

El número promedio de levantadas registradas en los 15 patios los pone más cercanos al Patio de Comercio de Union Pacific Railroad en California–el cual tuvo 345,000 al año. Los residentes de entre una media milla de la instalación de Comercio enfrentaron un riesgo de cáncer de 100 por cada millón de personas. Cuatro millas del patio, el número cayó a menos de 10 por cada millón.

El patio de Bedford Park fue más cercano a la Instalación Intermodal Container Transfer/Dolores de Union Pacific en California–”lo cual tuvo 750,000 levantadas. La gente entre una milla de la instalación Union Pacific fue estimada a sufrir 100 casos de cáncer por cada millón de personas, pero el número bajó a 25 casos para la gente entre dos millas.

Las locomotoras que cargan contenedores de transporte de China, carbón de Wyoming, etanol de Iowa y numerosos otros productos por el área de Chicago queman un combustible mucho más sucio que los camiones, conteniendo hasta 500 partes por millón de azufre, mientras camiones desde 2006 han sido limitados a combustible con 15 partes por millón de azufre.

El EPA ha catalogado al gas de combustión de diesel como un carcinógeno probable y dice que las contaminantes en diesel llevan “a problemas serios de salud público que incluyen mortalidad prematura, agravación de enfermedades respiratorias y cardiovasculares y la agravación de sí­ntomas existentes de problemas respiratorios, asma y bronquitis crónica.”

“Es una combinación–”no solo estás recibiendo una cosa mala; estás recibiendo muchas cosas malas,” dijo Janice Nolen, la asistente vicepresidenta de póliza y apoyo nacional de American Lung Association. “Lo más que aprendemos, lo peor que se ve. Puede cortar las vidas por meses hasta años, no solo para ancianos y bebés. Puede causar ataques de asma, que la gente con enfermedades del pulmón tengan dificultades con la respiración; está relacionado a los ataques de corazón y derrames cerebrales. La contaminación de algunos de estas fuentes ha sido asociada con que los niños tengan menos crecimiento de sus pulmones.”

Chicago ya es una de las peores áreas en la nación en términos de la contaminación de diesel. Clean Air Task Force pronostica que, en 2010, los residentes del Condado de Cook sufrirán 540 muertes prematuras, 707 ataques de corazón no fatales, 11,459 ataques de asma y 67,603 dí­as de trabajo perdidos cada año debido a las emisiones de diesel de camiones, barcos, máquinas de construcción y trenes.

Un reporte de 2006 llamado “Smokestacks on Rails” (Chimeneas en los Rieles) por Environmental Defense Fund, una organización sin fines de lucro basada en Nueva York, estimó que las emisiones locomotoras serán responsables por más de 3,000 muertes prematuras, más de 4,000 ataques de corazón no fatales, más de 60,000 casos de bronquitis aguda y asma exacerbado en los niños en toda la nación. Notó que esta es una preocupación particular en lugares como Chicago que regularmente están fuera de conformidad con los estándares nacionales de material particulado y ozono. El reporte estimó que en 2002, las locomotoras en el área de Chicago emitieron 23,000 toneladas de óxido nitrógeno–”el equivalente de 25 millones de carros–”y 792 toneladas de material particulado.

Pero los oficiales de la industria ferrocarrilera son rápidos en indicar que el tren es el medio de transporte más eficiente y menos dañino para el medio ambiente en general, tanto para los productos y la gente que los camiones, aviones o carros. Burlington Northern Santa Fe Railway dice que cada uno de sus 6,700 locomotoras en toda la nación mueve la misma cantidad de carga que 280 camiones, llevando una tonelada de carga 423 millas con solo un galón de combustible. “Sabemos que para la nación entera, los ferrocarriles cargan más tonelaje que cualquier otra fuente y tienen el porcentaje más bajo de emisiones,” dijo Forsberg.

Forsbergo agregó que su compañí­a ha recibido la calificación más alta para resultados medioambientales bajo el programa Smart-Way de EPA y están invirtiendo más en instalar tecnologí­a para la reducción de funcionamiento de ralentí­ en todas sus locomotoras, con alrededor de un 70 por ciento ya equipadas.

Pero las emisiones de ferrocarriles no están distribuidas igualmente por todo el paí­s. Mientras un tren viajando por la pradera abierta tiene un impacto mí­nimo a la salud, los vecinos de los patios de ferrocarriles reciben dosis constantes y grandes de gases de combustión de diesel.

Los patios de ferrocarril mayores del área metropolitana de Chicago principalmente están cerca de vecindarios minoritarios en el lado sur, incluyendo Back of the Yards, Brighton Park, Englewood, Roseland y Bedford Park en los suburbios al sur. Varios suburbios con población principalmente blanca de clase media también son los anfitriones de patios de ferrocarril grandes, incluyendo Schiller Park, Northlake y Willow Springs, una comunidad con uno de los patios de ferrocarril más grandes de la región: una instalación de Burlington Northern Santa Fe Railway que maneja la carga de un sitio cercano de UPS.

Las áreas alrededor de patios de ferrocarril no eran generalmente vecindarios minoritarios o inmigrantes cuando estos se construyeron; muchos ni hubieran estado dentro de la ciudad. “Las instalaciones de transporte no controlan que tan cerca se construye las residencias [alrededor de los patios de ferrocarriles]–”lo controlan los gobiernos,” dijo Forsberg.

Martha Jungenberg, directora de programas para Special Services Area 13, que provee servicios como seguridad y arquitectura paisajista a los negocios en la franja de corrales en Back of the Yards, dijo que los trenes son cruciales para la economí­a del área, con compañí­as localizándose allá para usar los rieles que están detrás de sus bodegas. Ella vive cerca en Bridgeport y dice que muchos negocios locales se molestan cuando los trenes bloquean las calles pero no están concientes de los efectos a la salud.

“El ferrocarril es definitivamente necesario pero deberí­a ser más limpio,” dijo ella. “[Las compañí­as ferrocarrileras] probablemente tienen el dinero para hacer lo que deberí­an para ser responsables, así­ que pienso que lo deben hacer.”

¿Entonces, qué se puede hacer para que los patios de ferrocarriles sean más limpios? Reglas EPA pasadas en 2008 ordenan que las locomotoras quemen combustible más limpio empezando en 2010 y requieren motores menos contaminantes para nuevas locomotoras empezando en 2015. Pero las reglas más estrictas de EPA no aplican a las locomotoras existentes–”muchas que fueron construidas hace décadas atrás y todaví­a están en marcha. “Tomará mucho tiempo” para que la regla haga una diferencia, dijo Nolen de American Lung Association. “Estas cosas no son cambiadas frecuentemente, estos motores duran mucho tiempo.”

Urbaszewski de Respiratory Health Association of Metropolitan Chicago dijo que las compañí­as de ferrocarriles podrí­an hacer varias cosas ahora de manera voluntaria para significantemente reducir sus emisiones. “Hay unas oportunidades a corto plazo–”y algunas a largo plazo también,” dijo él. “Las cosas más fáciles de hacer son usar el combustible más limpio posible y limitar el Ralentí­. Las locomotoras no son realmente requeridas a usar combustible más limpio hasta 2010, pero está disponible extensamente ahora.

El grupo de Urbaszewski y sus asociados en el movimiento por el aire limpio han estado empujando a las compañí­as de ferrocarriles a reemplazar las locomotoras viejas y sucias con unas nuevas y más limpias de manera voluntaria y junto con Citizen Action/Illinois han motivado a las compañí­as a solicitar fondos federales para ayudar a cubrir los costos, incluyendo por medio del programa federal Congestion Mitigation and Air Quality.

Mientras, miembros de CREATE han producido un plan elaborado para aumentar la infraestructura ferrocarrilera y reducir embotellamientos y el relacionado tráfico en las carreteras con separar los rieles de las calles o agregar nuevos rieles. Esto debe reducir las emisiones de las carreteras y locomotoras, debido a que los carros, camiones y trenes pasarán menos tiempo atrapados en el tráfico, dijo Emily Tapia-López, una asociada de transporte para Metropolitan Planning Council.

“Se trata realmente de investigar el problema de manera integral, viendo al transporte como una estrategia comprensiva, no en silos separados,” dijo ella.

Andrea Hricko, profesora asociada y directora de recursos comunitarios y educación para el Centro de Ciencias de Salud Medioambiental del Sur de California de la Escuela de Medicina Keck en la Universidad de Southern California, piensa que los residentes de Chicago tienen que prestar más atención al tema.

“Se tiene que prestar mucho más atención a reducir las emisiones en los patios de ferrocarriles existentes y asegurar que nuevos patios de ferrocarriles no se construyan cerca de hogares y escuelas,” dijo ella, notando que grupos comunitarios en California han estado luchando con este tema por años.

El activismo comunitario en California ha jugado un papel significante en formar pólizas y empujar por cambios a la industria ferrocarrilera. De hecho, los estudios de Air Resources Board fueron conducidos principalmente debido a la presión de los grupos preocupados por la contaminación de los patios de ferrocarriles afectando a los vecindarios minoritarios.

Jones dijo que un enfoque similar se necesita en el lado sur de Chicago, “Tenemos tantas otras cosas pasando en Englewood, no es una prioridad alta,” dijo él. “Pero tenemos que hacer que sea una.”

Kari Lydersen is a Chicago-based reporter, author and lecturer in the journalism graduate program at Northwestern University, where she heads the Social Justice & Investigative specialization.