Una fuerza detrás de la creación de la nueva Comisión de Educación Bilingüe y Lenguaje Universal fue la preocupación de que Chicago no hace un buen trabajo en la educación de los alumnos que no hablan inglés.
Y ésta es una preocupación bien fundada, ya que los alumnos que aprenden a hablar inglés son un 14 por ciento del total de alistados del distrito, cerca de 58,000 estudiantes (85 por ciento de los cuales son de habla hispana). Y estas cifras incluyen solamente a los estudiantes que están actualmente en programas bilingües, no los miles que ya han hecho la transición a clases exclusivamente en inglés.
Dada la elevada cantidad de alumnos que aprenden a hablar inglés en el distrito, la calidad de la educación bilingüe afecta el desempeño general del distrito, indica Diane Zendejas, la nueva directora de la Oficina de Idiomas y Educación Cultural.
Bajo las pautas actuales, los alumnos deben, en el mejor de los casos, aprobar un examen de dominio del idioma dentro de un plazo de tres años de entrar a la educación bilingüe, luego hacer la transición a las clases normales en inglés y tener un desempeño que cumpla las normas del estado.
Los funcionarios de CPS hacen notar que en 2007 las tasas de transición y desempeño mostraron cierta mejoría. Y el distrito alcanzó por primera vez las normas de desempeño fijadas en la ley federal “No Child Left Behind”.
Sin embargo, los datos de la Junta de Educación del Estado de Illinois muestran que el mejor de los casos se presenta con muy poca frecuencia:
■ En 2007, alrededor del 45 por ciento de los 4,500 alumnos que egresaron de educación bilingüe en CPS cumplieron el plazo tope de tres años, comparado con 70 por ciento en el resto del estado.
■ Más del 16 por ciento de los alumnos estuvieron en educación bilingüe cinco años o más, y un pequeño porcentaje hasta siete años.
■ En 2006, 71 por ciento de los alumnos que habían salido de los programas bilingües dos años atrás no cumplían todavía con las normas de lectura, y un 60 por ciento no cumplían con las normas de matemáticas. Esto se compara con 53 por ciento en lectura y 35 por ciento en matemáticas para alumnos que salieron de programas bilingües en el resto del estado. (La ley estatal requiere que el distrito monitoree por dos años a los alumnos salidos de programas bilingües. Los datos de 2007 no están disponibles.)
■ De las 255 escuelas sujetas a las normas de desempeño de la Ley NCLB para alumnos que aprenden a hablar inglés, 55 no hicieron progresos anuales adecuados.
Clare Muñana, presidenta de la comisión bilingüe, dice que le perturba especialmente la cantidad de alumnos que se estancan en la educación bilingüe. “Después de cuatro o cinco años en el programa [bilingüe], han perdido terreno en otras materias y no pueden recuperarlo,” dice Muñana. “No quiero que estos niños queden aprisionados por el programa.”
Los miembros de la Comisión, muchos de los cuales son directores y maestros, hablan acerca de niños que llegan a 4º y 5º grado hablando “Spanglish” y no pueden escribir bien en español ni en inglés, dice Beatriz Ponce de León, gerente de proyecto de la comisión.
“No parecen tener una buena base,” dice Ponce de León.
Los investigadores de CPS están tratando de medir el desempeño a largo plazo de alumnos salidos de programas bilingües en exámenes tales como el ISAT, tasas de deserción y el desempeño en la universidad.
Un tema asociado es la calidad de la enseñanza, y algunos directores y administradores dicen que es muy difícil hallar buenos maestros bilingües.
Zendejas planea trabajar con universidades educativas del área para hallar nuevos maestros. También desea brindar mayor desarrollo profesional. “Esta es otra área en la que algunos han quedado abandonados al paso de los años,” dice Zendejas.